Pablo Jiménez Burillo (Fundación Mapfre) “Todavía nos cuesta entender el acabado artístico de la fotografía”
La Casa Garriga Nogués es uno de los muchos ejemplos de patrimonio modernista recuperado para nuestros días con una finalidad cultural. Catalogado como Bien Cultural de Interés Local desde 1980, este edificio de estilo ecléctico, e inspirado en el modernismo imperante, fue diseñado por Enric Sagnier, creador de edificios tan singulares como el Palacio de Justicia de Barcelona, la Basílica del Tibidabo, el edificio de Aduanas de Barcelona, la residencia El Pinar o la torre Enric Cera.
Tras albergar la residencia de la familia Garriga Nogués, el edificio ha contado con diferentes usos, de los cuales los dos últimos le han dado la capacidad museística que posee actualmente. Primero fue la Fundación Francisco Godía (2007-2014) y luego la Fundación Mapfre (2015-actualidad) los que han conseguido integrar a tan singular edificio en el circuito cultural de nuestra ciudad, ofreciendo algunas de las mejores obras pictóricas de los siglos XIX y XX y con grandes retrospectivas sobre algunos de los fotógrafos más relevantes del siglo XX.
Con esta excelente combinación de arquitectura, cultura y fotografía, y aprovechando la presentación de la nueva temporada, tuvimos la oportunidad de charlar con Pablo Jiménez Burillo, director del Área de Cultura de la Fundación Mapfre desde 2014, que cuenta además con una amplia experiencia como crítico de arte.
¿Cómo nace la Fundación Mapfre y qué objetivos persigue?
La Fundación Mapfre nace en 1975 con una doble visión. Por un lado social y por el otro cultural. Desde esta última parte, lo que hicimos fue rescatar toda la pintura de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Con el tiempo nos fuimos abriendo a una nueva visión más internacional. Hace 10 años, vimos que no había ninguna institución en España que tuviera una programación estable de fotografía. Entonces, decidimos hacer la programación independiente de exposiciones de fotografías históricas. Hasta este momento, solo estábamos en Madrid y hace unos tres años decidimos hacerlo en Barcelona, aunque sí es verdad que hacíamos muchas exposiciones en colaboración. Esta sede recoge un poco la programación de sala y un resumen de artes plásticas, arquitectura y escultura.
¿Qué atrae más al público barcelonés: la fotografía o la pintura?
La pintura sigue teniendo general preferencia. Estábamos acostumbrados a ir a ver exposiciones de pintura y por eso nos cuesta todavía fijarnos en la fotografía, leerla y entender realmente el acabado artístico que puede tener.
¿Qué los llevó a elegir la Casa Garriga Nogués como sede de la fundación en Barcelona?
Primero, porque había una oportunidad. Luego, porque estamos acostumbrados a trabajar con las comodidades que tiene el lugar, con espacios muy singulares y porque la arquitectura del edificio corresponde a la pintura que exponemos. Y para nosotros también es una manera de mantener un lugar de la cultura en Barcelona.
¿Apuntaba que la programación de Barcelona era diferenciada a la de Madrid o esto se debe a que existen diferentes inquietudes culturales?
Este año presentamos en Barcelona una exposición que centra por primera vez a Picasso y a Picabia. Son dos artistas muy distintos que tienen en común a Barcelona como lugar muy importante en sus respectivas carreras. Entonces, entendemos que es una ciudad que tiene mucha entidad y tendría menos sentido organizarla en Madrid. Por eso, siempre intentamos diferenciar las programaciones, no tanto porque el público sea distinto. Es más un interés nuestro, intentar hacer cosas que tengan especial interés en Barcelona.
¿Cuál es el proceso de selección de piezas o temáticas que van a exposición?
Hacer exposiciones es un proceso muy complejo porque hay que convencer a mucha gente, organizaciones y museos que te presten ciertas obras. Es un trabajo, a veces, de insistencia y hay proyectos que hay que ir modificando según las obras que podemos conseguir.
Recientemente, en Barcelona, pudimos disfrutar del Japón postatómico de Shomei Tomatsu, que ha sido muy avalado por la crítica en los medios locales. ¿Cómo ha funcionado entre el público?
Bastante bien, la verdad. Creo que se han cumplido dos cosas con Tomatsu: Lo primero, que es un gran fotógrafo y eso el público lo reconoce. Lo siguiente es que yo creo que los últimos años se ha ido generando un interés por Japón y su literatura y Tomatsu cuenta muy bien cómo se da ese proceso tan dramático y doloroso de llegar al Japón contemporáneo.
Y actualmente, podemos disfrutar una exposición de Picasso y Picabia. ¿Es clave comenzar el curso con una apuesta fuerte como Picasso?
Es el momento que tenemos para hacer nuestra exposición de pintura e intentamos que sea algo muy importante. Además, nos parece bueno abrir la temporada con una exposición de este tipo, sobretodo porque Barcelona es una ciudad muy “picassiana” y hay que insistir por ese interés.
¿Cree que queda algo por descubrir sobre Picasso en cuanto a su obra?
Sí. Picasso es uno de los pintores más enigmáticos de la historia. Yo creo que todavía podemos aprender muchas cosas de él y ver cosas distintas. Además, nuestro gusto va cambiando y lo que se valoraba mucho de Picasso el siglo pasado, hoy se ve de otra manera. Creo que es un artista de tal riqueza y matices que siempre hay cosas nuevas por descubrir. Y la exposición en Barcelona nos muestra a un Picasso completamente distinto.
Después de esta muestra, qué será lo próximo que podremos ver en Barcelona?
Haremos una exposición de una fotógrafa norteamericana, que fue una mujer que estuvo en París en los años 20-30 y que formó parte de un grupo de artistas y escritoras que conformaron una idea moderna de la mujer. Es una fotógrafa deslumbrante en su trabajo. Pero, además, tiene esa otra vertiente de haber sido una de las mujeres independientes que muestra un momento importante en la historia del feminismo.
¿Cómo ve el panorama fotográfico actual en España?
Realmente riquísimo. Lo vemos ya no solo en exposiciones de galerías, porque hoy vemos que hay cantidad importante de jóvenes fotógrafos que compiten con artistas de otros países. Yo creo que, ahora mismo, la generación de jóvenes fotógrafos españoles es realmente estupenda.