Arquitectura contemporánea:5 edificios TOP de Barcelona
Cuna del Modernismo en su vertiente arquitectónica, Barcelona ha sabido reinventarse como potencia arquitectónica mundial, abrazando diferentes estilos y abriéndose a las nuevas corrientes imperantes. Muestra de ello son diversos edificios emblemáticos construidos a lo largo y ancho de la ciudad que se han convertido en auténticos referentes de la arquitectura contemporánea surgida durante la segunda mitad del siglo XX. Hoy repasamos algunos de ellos.
Pabellón Mies Van der Rohe
Aunque la construcción original data de 1929, todavía sigue siendo fuente de inspiración y caso de estudio en las universidades. El recinto fue diseñado por Ludwig Mies van der Rohe y Lilly Reich como sede del pabellón de Alemania para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. Una vez clausurada la Exposición, el pabellón fue desmontado en 1930. Sin embargo, la simpleza de sus formas y sus materiales (vidrio, acero y mármol), lo convirtieron en un referente de la arquitectura del siglo XX, así como una obra clave en la trayectoria de Van der Rohe.
De ahí que en 1980 Oriol Bohigas impulsase su reconstrucción desde el Ayuntamiento de Barcelona. Así, se encargó la réplica a Ignasi de Solà-Morales, Cristian Cirici y Fernando Ramos, quienes se encargaron de la investigación, el diseño y la dirección de la reconstrucción del Pabellón. El proyecto echó a andar en 1983 y el edificio se inauguró en 1986, justo en la ubicación del edificio original. Tal y como sucediese con el original, el nuevo recinto se levantó en acero, cristal y los mismos cuatro tipos de mármol que usase décadas atrás van der Rohe.
Del recinto, cabe destacar “Amanecer” la escultura del patio, situada en un lugar estratégico del estanque que la hace reflejarse en el agua, en el mármol y en los cristales, generando un fuerte contraste entre sus formas curvas y la geometría rectilínea del edificio.
L’Auditori
Obra del arquitecto español Rafael Moneo, que fue designado en 1996 como premio Pritzker de arquitectura, siendo el primer español en lograr el ansiado galardón. L’Auditori fue la segunda construcción de Moneo en nuestra ciudad. La primera fue el centro comercial L’illa Diagonal, pionero de las grandes superficies comerciales de Barcelona. Tras el éxito que supuso esta edificación, Moneo recibió el encargo de diseñar un auditorio que pudiese albergar recitales de música en todas sus disciplinas. Así, diseñó un moderno recinto de 42.000m2situado en la confluencia de las tres principales arterias de Barcelona: la Gran Vía, La Diagonal y la Meridiana. La sobria modernidad exterior esconde un excelso recinto para el disfrute de la música en el que se distribuyen cuatro salas que pueden acoger, en conjunto a más de 3.000 personas. De la construcción destaca también el atrio central, en el que podemos ver una monumental linterna cúbica de vidrio en forma de impluvio.
Torre Mare Nostrum
Aunque su denominación oficial sea el de torre Mare Nostrum, el edificio es comúnmente conocido como el edificio Gas natural, por ser la sede de esta empresa energética, que convocó un concurso de arquitectura con el que volver a su origen, el barrio de la Barceloneta, donde hace 170 años se ubicó la primera fábrica de gas del país. El estudio ganador del concurso fue el de Enric Miralles, que diseñó una torre de 22 pisos, y 86 metros de altura que enriqueciese el horizonte sin dejar de respetar las pequeñas dimensiones de los edificios que conforman el barrio marinero. Gracias a su enorme altura, el inmueble se ha incorporado al cambiante skyline de Barcelona.
Construido a diferentes escalas, el inmueble consta de tres edificios ensamblados entre sí y recubiertos por una fachada acristalada, entre los que destaca una torre de oficinas. Todo el conjunto de edificios se rodea de una zona ajardinada que conecta con el adyacente parque de la Barceloneta. Además de su forma asimétrica, una de las grandes innovaciones de su construcción fue la eficiencia energética, lograda a través de un muro-cortina que compone la fachada en cada una de las unidades que consiguen un alto nivel de aislamiento y que generan, para los ciudadanos que ven el edificio desde el exterior, un efecto especular, reflejando el entorno en el que se ubica.
Palau Sant Jordi
Obra cumbre del legado olímpico que dejó la celebración de Barcelona’92. Este edificio se construyó entre 1983 y 1990 y formo parte del llamado anillo olímpico, junto con el estadio Olímpico y la explanada. Su construcción fue de tal envergadura que ya por aquel entonces costó la friolera de 54 millones de euros. Al frente del diseño se situó el japonés Arota Isozaki. Para el recuerdo siempre nos quedará el alzado de la famosa cubierta, construida sobre el suelo y elevada hasta su posición actual durante 10 días por 12 gatos hidráulicos. Con una capacidad de hasta 18.000 espectadores, albergó las competiciones de gimnasia rítmica y balonmano en la cita olímpica. Casi 30 años después de su inauguración, el recinto sigue siendo un referente de la arquitectura contemporánea de nuestro país y ha sabido mantenerse activo y totalmente preparado para todo tipo de eventos, como conciertos y pruebas deportivas de toda índole como las finales de la Copa Davis, que convirtieron el recinto en una pista de tenis, o los mundiales de natación de 2013, cuando se construyó una piscina olímpica en un recinto en el que todo es posible.
Mercat Encants
Uno de los mercados en activo más antiguos de Europa, con casi ocho siglos de historia. Durante ese tiempo un carácter itinerante, ya que se ha ubicado en diferentes zonas de Barcelona hasta que en 1928 fue trasladado a la plaza de les Glòries, donde estuvo hasta 2014, cuando se trasladó a un nuevo espacio cubierto en la esquina de la avenida Meridiana con Glòries. La reforma del mercado se realizó con el objetivo de mantener el carácter abierto que poseía en antiguo espacio al aire libre. Por eso se diseñó una cubierta repleta de espejos que crean la sensación de que sigue siendo un mercadillo al aire libre. Desde el principio el proyecto sufrió un fuerte condicionante, como fue limitar a 8.000 m2 un área comercial que ocupaba más del doble de espacio. Otra premisa que hubo que tener en cuenta durante su diseño fue evitar la proliferación de plantas, para huir del modelo imperante en los centros comerciales. No. Els Ecants no podía ser un nuevo centro comercial. Por eso se proyectó un espacio comercial que genera una experiencia similar a la que podemos sentir por cualquier calle peatonal. Un caos y desorden controlado que ha sabido perpetuar y mantener el espíritu del viejo mercadillo.
Estas son algunas de las edificaciones más destacables que la arquitectura contemporánea ha dejado en Barcelona. Pero hay más, muchas más: el mercado de Santa Caterina, la torre Agbar, el MACBA…recintos a los que ya hemos dedicado algunos artículos en nuestro blog y que demuestran que Barcelona es una ciudad arquitectónicamente viva más allá de su legado modernista.