Xavier Martí: “La sostenibilidad es un tema esencialmente cultural que tiene mucho que ver con nuestra capacidad de adaptación”
En los últimos años, la arquitectura sostenible se ha convertido en una de las tendencias con más adeptos a nivel mundial. La necesidad de reducir el impacto que causan las edificaciones en el entorno que las rodea, para preservar así la calidad medioambiental ha impulsado estas prácticas enfocadas a lograr la máxima eficiencia en los materiales, estructuras y procesos de construcción, edificación y urbanismo.
De arquitectura y sostenibilidad charlamos hoy con Xavier Martí, arquitecto socio fundador de OAB - Office of Architecture in Barcelona-, uno de los despachos de arquitectura de mayor prestigio a nivel internacional, que ha colaborado con Núñez i Navarro en proyectos como la construcción del hotel Seventy Barcelona o la rehabilitación del edificio de la promoción NN Passeig de Gràcia, 125 y el edificio de oficinas Aragó, 182.
Lejos de ser un concepto hermético, para Xavier Martí la sostenibilidad “es un tema que creo que va asociado principalmente a la idea de que los edificios deben ser respetuosos con el medio ambiente, reduciendo emisiones de gases, construyendo con elementos reciclables, racionalizando recursos híbridos, etc. Sin embargo, hay otros factores que valdría la pena tener en cuenta, como la vida útil de los edificios y su capacidad o flexibilidad de transformación para diferentes usos, la sostenibilidad cultural en tanto que las propuestas arquitectónicas se ajusten al lugar o tradición, con sus condicionamientos de paisaje urbano o natural, o la introducción de edificios híbridos (cooliving, cooworking) como fórmulas para reducir la movilidad y ayudar al desarrollo personal y profesional de los más jóvenes.
Son conceptos relacionados con la necesidad de adaptación a nuevos valores que nacen a consecuencia de las distintas crisis globales que modifican las estructuras económicas y sociales obligando a adoptar nuevos modelos de trabajo y convivencia. Sería previsible que aquellos países más desarrollados y culturalmente más avanzados sean los que desarrollen inicialmente este tipo de proyectos y poco a poco el resto los pueda ir incorporando como prototipos. Por esta razón, creo que nuestra capacidad de reacción para el desarrollo de proyectos realmente sostenibles es un aspecto esencialmente cultural que tiene mucho que ver con nuestra capacidad de adaptación”.
En términos puramente arquitectónicos, Martí apunta que la tendencia actual pasa por apostar por edificios coherentes con su funcionalidad y también con su entorno: “Hemos visto como muchos de los proyectos realizados durante los últimos 15 años y reconocidos como “arquitecturas estrella” no han funcionado. Difíciles y costosos de mantener, han caído en desuso generando un grave problema para las administraciones que los tienen que gestionar. Esta situación, junto a una sensibilización social creciente por una arquitectura sostenible, ha favorecido la necesidad de plantear proyectos coherentes, sensibles al cambio climático y con mayor longevidad, ya sea por su mejor envejecimiento o por su capacidad de adaptación a nuevos programas de uso”.
Para garantizar el cumplimiento de ciertas políticas de sostenibilidad en la construcción, se han creado a nivel internacional una serie de normas o certificaciones: “Como arquitectos nos encontramos cada vez más con la obligatoriedad de cumplimiento de diferentes tipos de certificaciones ambientales o de uso como el LEED gold o LEED platinium y la certificación WELL. La primera es una certificación desarrollada por el US Green Building Council, cuyo objetivo es valorar la sostenibilidad de un edificio teniendo en cuenta el impacto medioambiental del mismo durante todo su ciclo de vida útil. Por otro lado, la WELL Building Standard™ es el sistema de certificación más reconocido a nivel internacional para el diseño, construcción y operación de edificios saludables y está respaldada por el International Well Building Institute (IWBI) y aborda las normas para el bienestar y la salud humana más exigentes a nivel internacional. Se trata de una certificación más dirigida al usuario que certifica que los espacios están acondicionados para que la gente trabaje en las condiciones más saludables y de confort”.
Al preguntarle a Xavier Martí sobre si los clientes ya solicitan opciones sostenibles o si por el contrario son ellos, como arquitectos, quienes las proponen, el arquitecto apunta que: “Muchas veces somos nosotros quienes nos avanzamos. A pesar de que ahora ya comienza a haber más aceleración y muchas empresas tienen ya la “sostenibilidad” interiorizada, todavía hay algún tipo de cliente al que le cuesta hacer el cambio, le cuesta más entenderlo. Y entonces nuestra labor es explicárselo, hacerle ver que aplicando una serie de medidas, que además trabajan de forma exhaustiva las ingenierías de certificación, es posible reducir los consumos, ser más eficientes y contribuir a reducir su impacto ambiental”.
Entre los nuevos proyectos enfocados a la sostenibilidad, OAB ha puesto en marcha el proyecto de un edificio de oficinas para la empresa Fitó, una obra pensada como isla que cuenta con una zona central enjardinada y que está siendo valorada por los principales gestores del real estate del país como “uno de los mejores proyectos de oficinas de España”. Para su construcción, amable en términos sostenibles, se ha contado con una gran parte de materiales prefabricados. Tal como nos cuenta Martí: “es un proyecto que contará con los sellos LEED GOLD y WELL, en el que hemos proyectado un sistema de fachada en la que se han reducido las aperturas. Es una solución modular prefabricada que dibuja unos trapecios que ajustan su apertura acristalada en función de la orientación de la fachada, como si fuera una especie de obturador fotográfico. De este modo se controla el grado de iluminación natural y su aporte térmico, reduciendo costes para su climatización.
La estructura postesada permite resolver espacios diáfanos, flexibles y transformables, alargando la vida útil de un edificio de oficinas que en el futuro pueda reconfigurarse por ejemplo en viviendas, en un barrio industrial en proceso de transformación como es el edificio de oficinas en el 22@.
Maqueta del proyecto de oficinas sostenibles de OAB para la empresa Fitó
El proyecto se ha diseñado bajo dos criterios que se complementan. Por un lado, construir un edificio a partir de la industrialización que reduzca emisiones durante su ejecución y cuando esté en servicio, y por otro lado proyectar unos espacios de trabajo que sean saludables para las personas.
Oficinas paisaje, confortables, bien iluminadas, con un nivel de ocupación limitado, zonas exteriores de descanso ajardinadas, gimnasio, cafetería, áreas de lactancia, etc. En un momento en que las nuevas tecnologías ejercen una presión en los hábitos de trabajo, se hace necesario gestionar esta sobrecarga favoreciendo nuestro ámbito laboral”.
Una de las tendencias que más se ha acelerado en los últimos tiempos, especialmente tras la pandemia, es la hibridación de los edificios como respuesta a una mayor demanda social de espacios, enfocados a la salud y el bienestar. Entornos mucho más humanos y personalizados, en los que convergen sostenibilidad, diseño y tecnología, en un espacio versátil y adaptable. En esta línea Martí apunta que “la hibridación de edificios es un planteamiento muy común en proyectos en altura de “alto standing” como retail en plantas inferiores, hoteles y apartamentos, por ejemplo, en suelos urbanos muy céntricos y de alto coste.
¿Cabría marginar un modelo semejante con fines sociales?” se pregunta Xavier Martí; y prosigue: “Tenemos dos proyectos piloto que estamos realizando en Sant Boi de Llobregat y Badalona, cuyo objetivo es ayudar a la gente joven, ofreciendo la posibilidad de una opción de vivienda (cooliving), un espacio para su desarrollo profesional (coworking), una zona de gimnasio, piscina… utilizando las cubiertas para el outdoor del fitness y unos espacios de servicio, restauración y salas polivalentes para la socialización.
Se incorporan conceptos como un desplazamiento interior a través de patios y jardines mediante rampas, promoviendo el ejercicio diario o el prever que se pueda hacer una actividad en el edificio desde la vivienda a través de una app interna. Se trata de un nuevo modelo convivencial, en el que su arquitectura de patios interiores, a modo de comunicación, actualiza la arquitectura vernácula mediterránea”.
Entre los proyectos en los que OAB ha colaborado con NN encontramos el edificio que hoy alberga el hotel Seventy Barcelona. Un edificio de nueva construcción en el que se tuvo en cuenta la elección de materiales de última generación con certificados medioambientales priorizando, no solo las características técnicas, sino la producción y el origen de la materia prima, siempre apostando por las opciones eco-friendly. Desde el punto de vista constructivo, el arquitecto apunta que “El Hotel Seventy se proyectó aportando soluciones de diseño que permiten reducir los costes energéticos necesarios para su funcionamiento. La incorporación de una fachada ventilada, el ajuste de superficie acristalada en relación a la fachada ciega o la incorporación de patios que permiten ventilar e iluminar de forma natural las zonas interiores, son aspectos no solo relacionados con la propia sostenibilidad del edificio, sino que también aportan una mejor experiencia y grado de confort para sus usuarios.
Sin embargo, fue durante su construcción el momento en que se aportó el mayor grado de innovación al industrializar o prefabricar la estructura y las fachadas, reduciendo así los plazos y optimizando los costes energéticos durante todo el proceso”.
Fachada del Hotel Seventy Barcelona
Interior del Hotel Seventy Barcelona
En cuanto a si la rehabilitación de edificios puede ser un modelo de arquitectura sostenible, Xavier Martí afirma que “sí” y pone como ejemplo el proyecto desarrollado para Núñez i Navarro en la promoción de pisos de Passeig de Gràcia, 125 en el que: “La transformación del edificio implicaba el importante reto de lograr, a través del proceso de rehabilitación y unión de las dos casas originales, la adaptación de este conjunto de edificios del siglo pasado a los usos y necesidades actuales. Ahora se ha pasado de 2 a 4 pisos, mejor ventilados, con más luz natural… Hemos conseguido un edificio más saludable y sostenible”.
El rumbo que ha de tomar la sostenibilidad en la arquitectura está marcado. Y es más que evidente que solo a través de una toma de consciencia del problema global que supone el cambio climático y una reflexión en el día a día será posible crear e incorporar nuevos hábitos y cambios de conductas para alcanzar avances reales hacia la ecoeficiencia energética.