Louisa Raluy: “El Circo Raluy es como un viaje en el tiempo”
Expresiones como pan y circo o esto se ha convertido en un circo ofrecen una connotación negativa a un espectáculo que allá por los años 20-30 tuvo un gran auge social, cuando la gente se vestía de gala para ver las funciones y el circo competía en popularidad con la ópera y el teatro. Lejos de esa concepción tan peyorativa, el circo revive actualmente una segunda época dorada gracias a compañías como Circo Raluy Legacy, que llegando ya a su quinta generación conserva el espíritu y la esencia de aquel circo de principios del siglo XX, ese que actualmente solo podemos ver en películas como El gran showman.
Fue allá por los años 30 cuando Luis Raluy se inició en este mundillo como hombre-bala y experto en acrobacias trabajando para otras compañías, hasta que a mediados de los años 60 montó un circo propio con el que viajó por Asia y África, manteniendo el marchamo de lo auténtico, con carruajes retro rescatados de diversas partes del mundo y restaurados que han conseguido llegar hasta nuestros días. Desde entonces, sus descendientes han seguido sus pasos, siempre innovando pero siempre conservando la pureza de la idea inicial. Con carpa y todo. De 30 metros de diámetro y 12 de altura para ser exactos. La única gran variación sustancial ha sido el uso de animales, que cesó en 2010.
Así, tras el reconocimiento popular a nivel mundial, les acabaría llegando el institucional, con premios como el Premio Nacional de Circo o la Creu de Sant Jordi, entre otros galardones. Y con esa fórmula mágica han llegado hasta nuestros días, haciendo buena la frase de Charles Chaplin: “un día sin reír es un día perdido”. Actualmente los podemos ver en el puerto de Barcelona, donde han hecho gala de lograr el más difícil todavía. “ Y el mejor, si puede ser”, añaden ellos, con un show llamado #themagicformula, un espectáculo que combina diversión, emoción y fascinación.
Para conocer un poquito mejor este mundo de ilusión, pleno de alegría y emoción hemos hablado con Louisa Raluy, miembro de la dinastía Raluy. Nieta, hija y madre de artistas siente el circo como suyo, ya que en él ha pasado toda su vida. Así nos lo explicó antes de una de las funciones que la compañía ofrece en la ciudad hasta el 3 de marzo. Así que si todavía no los han visto en acción, pasen, pasen y vean…
¿Cuál es la esencia del Circo Raluy Legacy?
Es un circo que ha sobrevivido en el tiempo. Un circo original de los años 20-30. Todos los carruajes son antiguos de esa época y básicamente está todo restaurado y conservado. Hoy en día se diferencia con el resto porque los circos de hoy en día no tienen esas características. Es como un viaje en el tiempo. Ha sobrevivido a 100 años de historia. Si una persona quisiera ver un circo de estas características, actualmente solo podría verlo en películas o en libros. El Circo Raluy da la posibilidad de ver un circo de aquella época tal y como era. Como si no hubiese pasado el tiempo.
¿Cuál crees que es el compromiso y los retos a los que se enfrentan la 5ª generación Raluy?
Técnicamente, tenemos tres generaciones simultáneas en la compañía: nuestros padres, que son la tercera, nosotros que somos la cuarta y nuestros hijos que son la quinta. Todos juntos nos enfrentamos a retos bastante complicados porque estamos en una época donde todo se mueve vertiginosamente. Tanto la comunicación, las nuevas tecnologías, donde es muy difícil mantener a la gente distraída porque si no es con una pantalla de televisión, móvil o Tablet no se concentran en nada más. El reto es mucho más difícil que antaño, cuando las cosas eran más reales y más auténticas.
Aún así, conseguimos tener un público fiel de todas las edades. Público adulto sobre todo, porque nosotros decimos que es un espectáculo para adultos que ningún niño debería perderse. Con lo cual es un espectáculo que tiene en vilo a los adultos durante dos horas, pasándoselo bien y olvidándose de sus problemas. Y también a los niños, que son una generación que nunca paran, pero que logramos captar su atención. Es un reto cumplido y estamos muy satisfechos con eso.
¿A qué edad se remontan tus primeros recuerdos en el circo?
Desde que nací. Toda la vida hemos estado en el circo. Mis abuelos, mis padres, nosotras y los hijos. Para mí es como una manera de vivir. No concibo una vida sedentaria o estando siempre en un lugar. Es como que hoy te levantas en Barcelona, mañana en Valencia, otro día en Costa Rica… Siempre he abierto la puerta de mi caravana y amanecido en diferentes sitios del mundo. Por eso, para mí es un honor, un placer y además hacer el trabajo que nos gusta, que es actuar delante del público. Es una vida sacrificada. Está claro. Hay que ensayar mucho, pero por los cinco minutos que uno sale a la pista y que te aplauden, la verdad es que vale la pena.
¿A qué se debe el nombre del nuevo espectáculo “The Magic Formula”?
Es un homenaje a mi padre (Luis Raluy). Él es matemático y físico y ha creado unas fórmulas matemáticas propias. La gente nos pregunta muchas veces cómo hacemos para conseguir este equilibrio total en el que todos, adultos y niños se lo pasen bien, que la gente se transporte. Nos preguntan cuál es la fórmula del éxito. Viene también de ahí. The Magic Formula es un título que hemos elegido uniendo varios conceptos. También tiene relación con los shows de magia, de ilusión y desapariciones, que forman parte del espectáculo y que potencian esa idea general.
Desde los inicios del circo al día de hoy ¿existe algún show que se haya mantenido en el tiempo por su éxito?
No, eso va cambiando. Cada dos años el show cambia y hacemos una nueva producción que dura dos años y procuramos innovar. Hay actuaciones clásicas que retomamos de vez en cuando pero en general todo evoluciona.
¿Hasta cuándo estarán en Barcelona?
Hasta el 3 de marzo estaremos en el Port Vell, y luego seguiremos de gira por Catalunya hasta las próximas navidades que estaremos en Valencia.