Cómo hemos evolucionado
En 70 años todo evoluciona. También nuestra compañía, diversificando sus activos inmobiliarios para adaptarse a las necesidades del mercado. Y con ella nuestra imagen, que ha ido renovándose y adaptándose al lenguaje gráfico del momento, aunque siempre manteniendo la referencia a la vocación familiar de la compañía. Así, desde sus inicios, la marca gráfica protagonizada por las dos N ha sido una constante de la imagen de la empresa. Con el paso del tiempo se ha ido adaptando a las distintas tendencias de cada momento y, con independencia de mayor o menor presencia de la expresión completa del logotipo, la presencia de las dos N en distintas disposiciones y tratamientos gráficos se ha mantenido inalterable y con capacidad de asociarse a los productos y servicios que ofrece.
Ese carácter familiar se hizo presente ya desde la primera imagen con la que se identificó a la compañía. Dos N mayúsculas extraídas de los apellidos de los fundadores de la empresa a la que dieron nombre, Josep Lluís Núñez Clemente y su esposa, Maria Lluïsa Navarro, constituyen esa primera imagen. El vínculo adquirió más fuerza aún en el segundo logotipo, en el que los apellidos Núñez Navarro se incorporan a la imagen gráfica de la empresa. El siguiente paso fue, de algún modo, una síntesis de lo que se pretendía transmitir con las dos anteriores, definiendo definitivamente las dos N como imagen asociada a la compañía, por un lado, y disponiéndolas una encima de otra y en perspectiva, por el otro, para mostrar su actividad de construcción de edificios.
La siguiente imagen gráfica se entiende como evolución de la anterior. En este caso las dos N se sitúan una al lado de la otra y en perspectiva formando una esquina, enmarcándola dentro de un círculo para dotarla de estabilidad compositiva, recuperando el logotipo y situándolo debajo del círculo y centrado, contribuyendo a esa estabilidad definida por un eje vertical. La siguiente evolución, que se organiza compositivamente a partir del eje horizontal, mantiene el círculo con las dos N, resueltas en este caso en un mismo plano, pero situándolas a alturas distintas y manteniendo el contraste cromático, como abstracción de la solución anterior. La disposición del logotipo a su derecha y centrado en relación al círculo determina en este caso la horizontalidad de esta solución. El siguiente paso fue más un rediseño de la anterior que no una nueva versión. La composición es la misma -circulo y logotipo en disposición horizontal- modificándose las dos N compartiendo asta vertical y situándose sobre la misma línea, y la proporción del logotipo, que aumenta en relación al círculo, junto con el uso de otra tipografía -de palo seco- y en minúsculas.
Y así llegamos a 2019, fecha en la que nuestro Grupo cumple 70 años de vida. Y lo hacemos con una versión renovada de la primera marca gráfica de la compañía, a la que ahora le hemos incorporado los 70 de historia.