200 años de elegancia y cultura en el Paseo de Gracia
El Paseo de Gracia cumplió 200 años en 2020. O lo hará en 2024. O en 2027. Nadie lo sabe a ciencia cierta. Depende de si la fecha escogida para celebrar la efeméride es el inicio del proyecto (1820), el inicio de las obras (1821), la reanudación de estas en 1824 tras un parón o la inauguración definitiva en 1827. Sea cuando sea, lo que nadie ha puesto en cuestión es que el bulevar barcelonés merecía unos fastos acordes a su esplendor. Con esa voluntad, desde la Asociación del Paseo de Gracia, de la cual formamos parte, planteamos tres años de actividades en las que poder celebrar la longevidad de este tradicional paseo. Por eso, desde 2022 y hasta 2024 incluido, se han programado todo tipo de actividades para celebrar el bicentenario.
Así, por ejemplo, el pasado verano pudimos ver al funambulista francés Nathan Paulin cruzar el Paseo de Gracia a través de un cable de acero a 70 metros de altura, entre plaza Catalunya y Gran Via, un recorrido de 350 metros en menos de 40 minutos, ida y vuelta, que dejó al público asistente completamente impresionado. También pudimos ver un torneo de baloncesto urbano 3x3 entre las selecciones absolutas de Catalunya, Países Bajos, Ucrania, Escocia y Portugal. Y todo con su fan zone, sus concursos de triples y sus partidos de exhibición. Estos son sólo algunos ejemplos. Pero ha habido otros. Y más que habrá hasta el próximo verano, cuando concluyamos los fastos del segundo centenario con actividades para todos los públicos. Porque el Paseo de Gracia ya es de todos los que lo amamos, lo cuidamos y lo valoramos. Y con todos ellos lo queremos celebrar.
Pocas calles en el mundo son tan completas. Pasear, comprar, comer, aprender historia, deleitarse con el arte de sus baldosas, con sus peculiares farolas o con la majestuosidad de algunos edificios… ¡Todo es posible en el Paseo de Gracia! Incluso convertirlo en un sambódromo, por obra y gracia de Carlinhos Brown, en el Fórum de las Culturas en 2004. En parte, gracias a sus 42 metros de ancho que permiten una gran concentración de gente sin que haya peligros de orden público.
No siempre fue así. Antes de iniciarse el actual bulevar, mucho antes, la calle era conocida como el Camino de Jesús, y popularmente denominado el Caminito de Gracia, por ser una vía angosta. Luego llegaría ya el proyecto de reforma en 1820 que le daría la amplitud con la que ha llegado hasta nuestros días. El estrecho y difícil camino se transformó en un amplio bulevar. Esta novedad fue recibida con entusiasmo, ya que el lugar estaba rodeado de exuberante vegetación, creando un espacio en las afueras de la apretada y asfixiante Barcelona amurallada. Aquí es donde los ciudadanos afortunados encontraron un lugar para pasear y disfrutar de sus beneficios.
El Paseo de Gracia se convirtió rápidamente en un espacio que cautivó a la clase burguesa. Primero con sus asientos, refrescos y jardines y, años más tarde, a las puertas del siglo XX, con la arquitectura modernista. Industriales, farmacéuticos, doctores, indianos…todos competían entre sí para conseguir la edificación más original, la más esplendorosa, la más bella, para mayor gloria y esplendor de los arquitectos del momento: Gaudí, Doménech i Muntaner, Puig i Cadafalch o Enric Sagnier, entre otros. Así se alzaron la Pedrera, la Casa Amatller, la Casa Batlló o la Casa Lleó Morera.
Aquella exhibición de creatividad y opulencia aportó un esplendor excepcional al paisaje. Sin embargo, no todas las innovaciones fueron comprendidas de inmediato, como las elegantes farolas del arquitecto Pere Falqués, que provocaron cierta indignación en la Barcelona del momento.
Recuperando el viejo esplendor
Con la decadencia de la burguesía llegó el deterioro y el abandono de muchas de esas casas señoriales, algunas en estado ruinoso y que poco a poco se fueron recuperando. Fiel a nuestra voluntad de contribuir a la recuperación y sostenibilidad de Barcelona, en Núñez i Navarro adquirimos en 2005 la Casa Lleó i Morera, ubicada en el número 35, iniciando una restauración que duró dos años. Este emblemático edificio modernista recuperó en este periodo la fachada, el patio trasero y el interior. La restauración no solo conserva el esplendor arquitectónico original, sino que también rinde homenaje a la historia y la creatividad que han caracterizado al Paseo de Gracia a lo largo de los años. La Casa Lleó i Morera es un testimonio viviente de la belleza y elegancia que definen esta icónica avenida de Barcelona y representa nuestro compromiso con la preservación del patrimonio arquitectónico de la ciudad.
El singular edificio se adecuaba así al entorno en el que se encontraba, un Paseo de Gracia en el que el esplendor se extiende no sólo a los edificios, sino a sus locales comerciales, en los que comienzan a asentarse las boutiques más famosas, las más exclusivas, las que atraen a turistas que miran escaparates y deambulan orgullosos, como hacía la burguesía un siglo atrás, luciendo bolsas de Armani, de Chanel, de Tiffany’s, de Stella McCartney, de Saint Laurent, de la emblemática Santa Eulalia que se mantiene en manos familiares desde 1843, hoy propiedad de Luis Sans, o de Loewe, precisamente en el local de la Casa Lleó i Morera.
Los medios de comunicación de la ciudad también rinden homenaje al Paseo de Gracia en su bicentenario. Con la Casa Lleó i Morera como protagonista, el especial del Magazine de la Vanguardia dedicó un magnífico reportaje de moda a Vanesa Lorenzo, obra de Manuel Outumuro y su equipo, bajo la dirección de Joana Bonet. El emblemático ascensor de la Casa también ha tenido su reconocimiento en un reportaje firmado por Isabel de Villalonga.
La del número 35 no es nuestra única intervención en el Paseo de Gracia. Un kilómetro más arriba, junto als Jardinets de Gràcia, adquirimos los números 125 y 127, construidos en 1901 por Leandre Serrallach i Mas, arquitecto y profesor en la Escuela de Arquitectura de Barcelona. El proyecto de rehabilitación supuso una ambiciosa transformación, unificando dos casas entre medianeras para crear un conjunto que parece ser un edificio solo desde sus fachadas a Paseo de Gracia y Riera de Sant Miquel. El resultado, a modo de resumen, es un edificio que combina historia y modernidad en uno de los lugares más emblemáticos de Barcelona. Los detalles de este y otros de nuestros trabajos de recuperación del patrimonio arquitectónico de Barcelona se pueden consultar en el área de Rehabilitación de nuestra página web.
Así hemos llegado hasta la actualidad en la que el bulevar barcelonés representa una simbiosis perfecta de tradición y modernidad, de espacios exclusivos y lugares populares, de boutiques de moda y edificios históricos. Como Loewe en la Casa Lleó i Morera, o una sala de exposiciones en el Palau Robert…Un lugar donde la historia, la cultura y la elegancia siguen floreciendo, con un legado que perdura en el tiempo. Su creación en un momento de crisis y su evolución lo convierten en un testimonio del espíritu y la resiliencia de Barcelona. Hoy, continúa siendo un lugar de elegancia y cultura, un escenario donde el pasado y el presente se entrelazan de manera única. Larga vida al Paseo de Gracia, una arteria que, 200 años después, sigue gozando de una salud envidiable.