Jesús Rodríguez, director de Evolucionarte: “Creo que el espacio del Palau Martorell nos estaba esperando”
Desde principios de año, el número 11 de la calle Ample da vida al Palau Martorell, un nuevo espacio polivalente que busca complementar el rico tejido cultural que ya existe en Barcelona con grandes exposiciones de arte de colecciones internacionales.
Hoy hemos querido charlar con uno de los socios, Jesús Rodríguez, para descubrir cómo el proyecto ha logrado llenar de belleza el edificio neoclásico que en 1886 acogía la Antigua Sociedad del Crédito Mercantil, gracias a su personal visión del mundo del arte.
Jesús Rodríguez, director de Evolucionarte
Porque este segoviano de nacimiento es un reconocido productor cultural, que además de actuar como coordinador y gestor, posee la capacidad de transformar los espacios, de darles un nombre, como ha hecho con el Palau Martorell, y convertirlos en recipientes de grandes obras, creando exposiciones que favorecen el diálogo entre continente y contenido.
Actualmente, Jesús Rodríguez dirige Evolucionarte, el Palacio Gaviria en Madrid, Palau Martorell en Barcelona, coordina otras localizaciones internacionales, y durante todo este tiempo ha impulsado diferentes exposiciones como Picasso-Goya, Tamara de Lempicka, Botero, Chagall, Brueghel, Monet, Miró, Dalí… entre muchas otras.
Para hablar de sus inicios en el mundo del arte, Jesús se remonta al año 2000 en el que conoció a la actriz y modelo italiana Lucía Bosé: “Estuvimos gestionando una de las colecciones particulares que tenían de Pablo Picasso. Se trataba de un homenaje al toro y recopilaba una serie de recuerdos de la relación entre Luis Miguel Dominguín y el pintor y escultor español. A raíz de la itinerancia de este tipo de exposiciones, comenzó mi periplo por las grandes muestras, la conexión con diferentes colecciones, nacionales e internacionales y el desarrollo de este tipo de instalaciones en espacios concretos”.
En ese momento nació Evolucionarte, fruto de la fusión de un equipo de empresas internacionales con un fin común: planificar, diseñar y ejecutar en su totalidad proyectos culturales ligados a instituciones, fundaciones, museos y espacios alternativos, fomentando así el arte en su más amplia acepción.
Desde entonces, ha podido observar cómo el mundo del arte se mantiene vivo y se transforma continuamente, dando lugar a nuevos y renovados conceptos de exposición: “Creo que la tendencia del mundo de las grandes muestras contará en un futuro inmediato con un modelo híbrido, donde se mezclará el arte original con el digital para ofrecer nuevas experiencias al visitante. Actualmente, estamos desarrollando el proyecto expositivo de la gran muestra de Monet en Madrid que dará a conocer las grandes obras del Museo Marmottan de París y que también contará con salas sensoriales dentro del recorrido de la exposición”.
Jesús Rodríguez cuenta con un gran número de exitosas exposiciones a sus espaldas y tiene muy claro cuáles son sus mayores hitos y éxitos: “Para mí el mayor logro a nivel profesional es, sobre todo, establecer un diálogo entre el espacio y la obra que recibes. He tenido grandes muestras y una de las que para mí ha sido francamente un éxito a nivel personal es Tamara de Lempicka en Madrid, que esperamos poder repetir. Fue una exposición con cerca de 50 préstamos internacionales, porque la obra de Tamara de Lempicka está bastante dispersa por diferentes museos, fundaciones y colecciones privadas. Fue un gran trabajo y la recompensa fue una excelente exposición”.
Exposiciones que muchas veces son itinerantes y se desarrollan en distintos escenarios presentando desafíos, pero también recompensas: “La itinerancia de las exposiciones requiere de un control muy grande y desconocido por el gran público, porque para poder recibir este tipo de muestras, sean itinerantes o no, el espacio contenedor debe contar con grandes garantías de seguridad y medios con los que cuentan los grandes museos e instituciones culturales”.
Tras más de 20 años en el mundo del arte, el director de Evolucionarte tiene muy claro cuál es su mensaje para las personas que se inician en el coleccionismo: “Sobre todo les recomiendo que se guíen por sus emociones y no por el mercado. Porque de lo que me he dado cuenta en las últimas ferias que he visitado es que prima la parte comercial más que la parte sentimental o de feeling con una obra. Es importante que la persona que quiere comenzar con una colección de verdad la sienta y no se guíe por el mercado”.
Cuando le preguntamos cómo conoció el edificio de Núñez i Navarro, ubicado en la calle Ample, 11, nos cuenta que “dando un día un paseo por el Barri Gòtic llegué a la plaça de la Mercè y vi la fachada del Palau Martorell, que es el naming que le hemos dado al edificio. Solicité una visita y me enamoré del edificio y su arquitectura”.
Y la respuesta de Barcelona a este nuevo espacio no ha podido ser mejor: “Barcelona es una ciudad tan cosmopolita y con tanto potencial que nos debemos a su público local y nos hemos sorprendido de la gran respuesta que hemos tenido por parte de ese visitante”.
Tal como Jesús Rodríguez nos explica, contar con unos colaboradores locales ha sido clave para el gran éxito del nacimiento del Palau Martorell: “Personalmente a nivel de la dirección del espacio no sólo llevo este proyecto y tener unos socios como en este caso es J. Félix Bentz, presidente del Reial Cercle Artístic de Barcelona, y Stoneweg Places & Experiences han sido clave para el éxito de este gran proyecto”.
Un espacio para el que el Grupo Núñez i Navarro, tras una cuidadosa rehabilitación, también imaginó planes especiales que, una vez más, permitieran sumar valor a la ciudad de Barcelona: “Considero que hay que tener una sensibilidad especial para alojar este tipo de actividades culturales. Y me consta que la propiedad tuvo diferentes propuestas para este espacio, pero consideraron que no eran adecuadas. Cuando se les presentó el trabajo que habíamos realizado en otros espacios, optaron por entender que debíamos estar aquí”.
Parece que el encuentro entre el espacio y el gestor cultural era sólo cuestión de tiempo, como si ambos estuvieran predestinados a unirse para dar vida a un proyecto lleno de belleza con capacidad para transformar por dentro y por fuera: “Yo creo que el espacio nos estaba esperando. Desde nuestro punto de vista, este tipo de palacios requieren de un cuidado y de una sensibilidad especial, que los dignifique. A nivel patrimonial es muy interesante entender que el tipo de actividad que nosotros desarrollamos permite agrandar su valor y beneficia al propio inmueble. Este tipo de espacios necesitan que lleguemos para poner en valor su contenido y continente, creo que entonces se da el diálogo perfecto, sobre todo por el cuidado que le damos. Realmente debemos mimar cada uno de los detalles para poder recibir este tipo de exposiciones que, en muchas ocasiones, tienen un valor considerable, mucho mayor que el del propio inmueble”.
La rehabilitación del edificio, llevada a cabo por el equipo de Núñez i Navarro entre los años 2016-2019 preparaba el escenario perfecto para dar cabida a este proyecto cultural que hoy ya ha comenzado a transmutar su propio entorno: “La primera vez que nos entregaron las llaves vimos que el tejido que rodeaba al Palacio no era el más adecuado, pero, esto ya nos ha ocurrido anteriormente en otros espacios que gestionamos. Sabemos que a través de nuestra actividad ese tejido que creemos no es el más adecuado tiende a moverse a otras zonas. Nuestro tipo de actividad está controlada y de algún modo transforma la zona”.
Y añade: “Gran parte del público local que viene a visitarlo nos comenta que no lo conocía, que no lo ha visitado físicamente o no lo recuerda. El Palau Martorell hay que conocerlo. Este no es un espacio de 5000 m² en el que te saturas de arte porque seleccionamos las obras premium. Para nosotros prima la calidad sobre la cantidad”.
Jesús viaja mucho y nos comparte cómo conoce las distintas ciudades que hoy albergan sus proyectos: “Yo hago trabajo de campo, que quiere decir que me levanto a las 8 de la mañana y me pongo unas zapatillas. Entonces pateo la ciudad y veo un poco cómo funciona, por dónde se mueve el público local, por dónde se mueven los turistas y una vez que entiendo que hay espacios que pueden estar disponibles hacemos una propuesta de cuál es nuestra actividad, nuestros proyectos y cómo cuidamos el patrimonio. De este modo, por lo general, los propietarios suelen abrirse más”.
Para las personas apasionadas por el arte que deseen visitar Barcelona, aconseja: “Barcelona es una ciudad tan sumamente rica que creo que lo fundamental es centrarse en cuatro espacios, cuatro joyas o monumentos y que realmente no se vaya más allá, porque no se disfruta igual cuando quieres ver Barcelona en un día, es imposible. Es fundamental centrarse en 2 o 3 elementos de interés y con eso la visita y Barcelona ya tienen otra perspectiva”.
Y entre la gran propuesta cultural que ofrece la Ciudad Condal, él se queda con la Casa Batlló, “porque francamente es una joya” y con el Barri Gòtic: “me encanta pasear por sus calles”.
Antes de marcharse, Jesús nos desvela que pronto el Palau Martorell albergará una muestra muy completa del pintor francés, Marc Chagall: “Se trata de una exposición muy poética que estará compuesta por 28 óleos, dibujos, gouaches...”. Mientras tanto, nos invita a visitar la muestra actual que se puede consultar en su web y a apuntarse a sus excelentes visitas guiadas.
Sin duda, nos deja con la miel en los labios y la certeza de que, muy pronto, Barcelona disfrutará de una nueva cita con el arte internacional celebrada en un espacio único, que nosotros, no pensamos perdernos.