Oscar Valiente (Director General de Norma Cómics): El cómic es un medio artístico y cultural que fomenta la opinión y la crítica

2019-08-01

Hoy os vamos a hablar de arte urbano. Y lo queremos hacer desde el cómic, una disciplina aparentemente alejada a través de la cual se cruza esa frontera con mayor frecuencia de la que nos podemos imaginar. La razón de este artículo es la decoración de muros de obra que hemos iniciado en algunas de las promociones que tenemos en ejecución. Y lo hemos hecho de la mano de Norma Cómics, referente cultural del cómic en Barcelona desde 1983. Al frente de esta compañía, que es a la vez tienda, editorial y agencia de representación de autores, se encuentra Óscar Valiente, su director general desde hace más de una década. En sus 25 años en Norma ha vivido de cerca el cambio experimentado por el sector del cómic, en el que ha pasado de un consumidor especializado a uno más inclusivo y generalista gracias a fenómenos como la novela gráfica Maus (ganadora de un premio Pulitzer) o como las nuevas heroínas del universo Marvel. Cambios a los que han sabido adaptarse hasta el punto de ser distinguidos con el premio Will Eisner a la mejor librería de cómics del mundo en 2018.

Arte Urbano en Barcelona_Oscar Valiente

 

¿Cómo fueron los orígenes de Norma Editorial?

Esta empresa nació en 1977 como agencia de representación de autores. Eran autores, ilustradores o dibujantes que hacían trabajos para cómics, agencias de publicidad o editoriales de todo el mundo. Esta fue la primera actividad de Norma. Después se inició la fase editorial y ya en 1983 abrimos la librería. Fue entonces que se creó la marca Norma Cómics. Y así hasta nuestros días.

¿Cómo se pasa de abrir una tienda a ser un referente cultural de Barcelona?

La idea de abrir la tienda fue de Rafael Martínez, el fundador de Norma Editorial. Él viajaba mucho y su ilusión era contar con una tienda como las que veía en ciudades como París o Londres. Librerías de cómic abiertas a todo tipo de consumidores y lectores. En ese momento, en España en general, la librería de cómic era un lugar para especialistas, en el que el resto de tipos de clientes se podían sentir excluidos. Por eso se diseñó una librería grande, iluminada, en la que tuviesen cabida todo tipo de comics. Ese proyecto fue un punto de inflexión.

¿Qué ha supuesto para vosotros obtener el premio Will Eisner a la mejor tienda de cómics del mundo?

Es un premio muy importante porque es la máxima distinción que puede obtener una librería. Se concede un único premio a una sola librería cada año. Ser nominados ya fue una constatación de que nuestro trabajo estaba muy bien hecho. Ganar fue una gran alegría compartida con muchos lectores que llevan con nosotros desde hace 25 años. 

Por eso quisimos celebrarlo y compartirlo con todas las librerías del país que luchan por el cómic. Es un negocio muy complicado. La mayoría de las librerías son negocios gestionados por una o dos personas, que trabajan muchas horas para promocionar autores.

¿Cómo era el lector medio cuando empezasteis y cómo es ahora?

Ha cambiado. Antes el grueso de lectores tenían un perfil muy conocedor y hasta coleccionista. Para ellos, el cómic era una de sus fuentes principales de ocio y de gasto. Actualmente ese perfil sigue activo, pero también tenemos mucho lector ocasional. El fenómeno de la novela gráfica nos ha traído un lector nuevo que no es consumidor habitual pero que “picotea” novelas gráficas relacionadas con la actualidad. También tenemos un perfil que proviene del manga y los videojuegos. Es un fenómeno que sigue vigente hoy día. E incluso podemos destacar un público femenino, que en los inicios era inexistente. Entre otras razones porque las nuevas películas de Marvel son más inclusivas al haber incluido nuevas heroínas. Desde la industria se están preocupando por hacer que este universo no sea tan masculino. 

La inclusión del cómic en series como The Big Bang Theory, ¿ayudan a popularizar el sector o al contrario, crean un estereotipo del lector de cómics?

Esa vertiente “freaky” sigue vigente, sin duda. Es un sentimiento muy extendido e incluso aceptado. Sobre todo cuando hay fenómenos mundiales como Breaking Bad o Juego de Tronos. Pero también hay connotaciones muy positivas como el Salón del Cómic, el del Manga o el Premio Nacional del Cómic, muy asentados y muy valorados en la ciudad, así que hay un equilibrio. El cómic es un medio artístico y cultural que fomenta la opinión y la crítica y que está cada vez más presente en los medios de comunicación.

¿Dónde y en qué momento nace la conexión entre el arte urbano y el cómic?

Esa relación ha existido siempre. El cómic ha vivido siempre de las revistas, un elemento muy presente en la calle, con ejemplos como El Jueves, que podíamos encontrar en todos los bares. Además, casi todos los autores de cómics son profesionales multitarea que se dedican a la publicidad, a la prensa y hacen incursiones en murales, ya sean públicos o privados. Es cierto que en este país no ha habido mucha tradición de combinar cómic con murales. En cambio en Francia se ha hecho muchísimo.

¿Cómo nace el proyecto para colaborar con Núñez i Navarro o cómo surge la posibilidad?

La oportunidad vino a través de la agencia de publicidad CHÂRLES, que nos propuso la idea de ligar los muros de obra de Núñez i Navarro al mundo del cómic. Acogimos la propuesta con mucho entusiasmo. Lo hemos vivido como espectadores en otras ciudades y nos parece algo espectacular. Lo primero que hicimos fue una selección de autores que tuvieran un vínculo muy fuerte con la ciudad. Como requisito también valoramos que tuvieran estilos muy variados. Finalmente también buscamos gente que fuesen una muestra representativa de lo que es el mundo del cómic en la actualidad. Pop, manga, americano… La idea era que a través de esta selección pudiésemos realizar un recorrido por todos los estilos de cómic que podemos encontrar.

Arte Urbano en Barcelona

 

¿De qué manera habéis participado en el proyecto?

Hicimos la selección de autores y ejercemos como coordinadores, contactando con los autores, planteándoles la idea. A todos les dimos libertad absoluta con la única condición de que el color predominante fuese el verde. Una vez teníamos su ok los hemos ido dirigiendo en la selección de temas para no ser repetitivos. 

¿Por qué creéis que los grafiteros respetan más una pared con un mural que una que esté en blanco?

Entre ellos hay un código, en el que si se encuentran una pared o una persiana con una intervención, intentan no firmarla o repintarla. En ese sentido, nuestra anterior sede estaba en Poblenou. Allí teníamos un edificio entero y decidimos pintar toda la fachada con un mural de Daniel Torres. En todo el tiempo que estuvimos allí no nos hicieron ni una sola pintada. Se respetó totalmente. Cada vez más comerciantes se animan a pintar sus persianas con algún tipo de mural. 

¿Cómo crees que va a reaccionar una persona de la calle al ver los murales?

Primero causará sorpresa, porque no esperan ver un tipo de arte como este. Pasado ese momento, se pararán a analizar y contemplar con detenimiento, ya que se trata de un arte lleno de detalles y motivos. Cuando ves un muro de obra en blanco o grafiteado es un incordio, porque es un elemento nuevo que surge de repente que además molesta y corta el paso habitual de los viandantes. En cambio, con esta propuesta lucen mejor la obra e, incluso, creo que cuando sean derribados al acabar la obra se echarán en falta. 

 

Arte Urbano en Barcelona

 

¿Crees que los murales pueden ser críticos e interrogar?

Absolutamente. Hay algunos murales muy críticos con cuestiones de la ciudad en materia de política, arte o religión, y son muy efectivos, ya que están expuestos a la vista de todos.

¿Cómo veis el arte urbano en Barcelona en la actualidad?

Hay zonas como Poblenou en las que hay una oferta muy interesante, con una gran concentración de obras en paredes, con murales de artistas que se van sustituyendo los unos a los otros ocupando el mismo sitio y lanzando de forma recurrente diferentes mensajes. Se ha evolucionado del típico grafiti a unas intervenciones más pictóricas. Algunas de ellas son espectaculares en cuanto a coste e infraestructuras.

¿Crees que hay suficiente apoyo institucional o de compañías par potenciarlo y cuidarlo?

La iniciativa de Núñez i Navarro es una muy buena idea3, porque ha sabido convertir una debilidad (alzar un muro de obra) en una ventaja y un regalo para los ciudadanos. Es un ejemplo, el camino a seguir para que otras empresas e instituciones en situaciones similares puedan convertir sus espacios en una reivindicación del arte y la cultura.

Ahora que estamos en época de vacaciones, ¿dónde nos recomendarías ir a ver murales?

Yo recomiendo la zona del Poblenou y el 22@, que están llenos de solares vacíos y con los muros totalmente decorados.

Con esta acción, la iniciativa NN Wallery, de acciones vinculadas al espacio urbano compartido de Barcelona para mejorar el entorno y la percepción de las personas que habitan en nuestra ciudad, da un paso más con la decoración de varios murales efímeros que podremos disfrutar hasta la finalización de las obras. De esta forma nos reafirmamos en una apuesta que se inició en los vestíbulos de La Rotonda con Carles Roig, que continuó con los espacios comunes del hotel REC y con la decoración de persianas en parkings y locales comerciales. Ahora, siguiendo la estela del homenaje a Barcelona realizado por el artista urbano Pez Barcelona en el antiguo solar de la fábrica Metalarte, en Sant Joan Despí, desde Núñez i Navarro seguimos aportando valor a Barcelona de la mano de Norma Cómics a través de estos murales firmados por Daniel Torres, Marina Capdevila o Sagar. Todo un lujo para disfrutar…de forma efímera.

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