6 comercios emblemáticos en Barcelona
Recientemente leíamos una noticia en la que se explicaba que el Ayuntamiento de Barcelona iba a impulsar un cambio legal para proteger el comercio singular. Tan es así que incluso ya hay diseñada una ruta por los negocios más emblemáticos de nuestra urbe. Y es que todavía resisten 182 comercios emblemáticos en Barcelona que resisten el paso de los años, las décadas y los siglos al pie del cañón, adaptándose a los nuevos tiempos sin perder de vista su origen centenario. No hace mucho os hablamos del que quizás sea el comercio más antiguo de la ciudad de los que está en activo: Cerería Subirà, fundada en 1761 en la calle dels Corders, en el casco antiguo y trasladada a la Bajada de la Llibreteria en 1908, en un edificio construido y decorado en 1847 que ha sabido conservar el aspecto original del establecimiento, con una escalera de adarve doble y dos estatuas femeninas que ejercían de soporte para dos lámparas de gas, que han llegado hasta nuestros días.
Como este, otros 181 negocios conforman la selecta lista de comercios emblemáticos en Barcelona. Repasamos algunos de los más antiguos.
Herboristería del Rei (1818)
Si pocos negocios pueden presumir de longevidad, menos aún son los que pueden hacerlo de ser “proveedor de la Casa Real”. Ese es el título honorífico concedido en 1857 por la reina Isabel II a este negocio, especializado en plantas medicinales y fundado en 1818. El primer propietario fue Josep Vila, que sería nombrado también herbolario de Cámara de la reina, de ahí el nombre que acabó poniendo al negocio.
La Herboristeria del Rei se sitúa junto a la plaza Real y todavía podemos encontrar en ella más de 200 plantas medicinales, así como aceites esenciales, caramelos, regalices y productos ecológicos y de cosmética natural. Su regente actual es Trinitat Sabatés y posee también el reconocimiento de “maestra herbolaria artesana”, que concede la Generalitat y que solo ostentan dos personas.
Aunque las hierbas ya son recogidas por cultivadores profesionales, en Herboristeria del Rei se siguen trabajando de forma tradicional, con las herramientas antiguas para triturar y mezclar. Es también un buen lugar en el que encontrar remedios naturales para pequeñas dolencias. Visitar el local es toda una experiencia tanto olfativa como visual, gracias a los aromas a plantas y a su decoración ochocentista, entre la que podremos ver una fuente de mármol donde antaño se conservaban sanguijuelas para curar. Eran otros tiempos.
Camiseria Xancó (1820)
Desde 1820 en manos de la misma familia. Fundada por Antoni Cotchet, tenía a Josep Xancó como dependiente, un joven que no quiso estudiar Medicina y que se vio obligado por su padre a entrar como mozo en este comercio situado justo enfrente del Gran Teatre del Liceu. A la muerte del propietario se quedó con el negocio y desde entonces ha estado siempre en manos de sus descendientes. Su estratégica ubicación en el Pla de la Boquería hizo de este establecimientola camisería de numerosos tenores durante estos dos siglos. Hoy día los regentes son la cuarta generación de Xancó que, lejos de desanimarse, miran al futuro con ilusión y esperanza. Y eso que ellos siguen despachando a la antigua usanza, con un trato exquisito hacia el cliente intentando encontrar la mejor manera de ayudarle con su selección. Aquí se elaboran prendas únicas, en la antítesis de lo que prima hoy día en el mercado.
Desde su escaparate en el corazón de la Rambla han sido testigos de todo cuanto sucedía en el bulevar barcelonés: incendio del Liceo, atentado contra Alfonso XIII, la Semana Trágica…Y es que pocos negocios pueden presumir de estar a punto de celebrar dos siglos de vida.
Restaurante 7 Portes
Café de estilo parisino ubicado en el paseo de Isabel II desde 1836. Corría ese año cuando Josep Xifré hizo construir los llamados Porches de Xifré, ambientados en la emblemática rue Rivoli de París. Además de colocar allí su residencia y sus oficinas, Xifré construyó también un café de lujo con siete puertas para el gran público y una octava para mercancías y servicios. Ese sería el origen del llamado Café de las 7 Puertas, negocio que se mantuvo como café hasta 1929, que ascendió a la categoría de restaurante. Desde ese momento se convirtió en un referente de la ciudad y lugar de encuentro de periodistas, intelectuales, políticos y personajes de la farándula. Picasso, Miró, Dalí, el Dr. Fleming, Robert de Niro…No había famoso que no acudiese a probar recetas tradicionales catalanas como los “guisantes ofegats”, las zarzuelas o el mítico “pijama”, ideado en sus cocinas.
Pastelería La Colmena (1849)
Endulzando Barcelona desde 1849. Ahí es nada. 170 años desde que Rosendo Abella fundase la pastelería llamada Ca l’Abella en un local de la actual Bajada de la Llibreteria. Era un lugar en el que el producto estrella eran sus caramelos artesanales, con cuyo aroma perfumaba todo el barrio. En 1868 el negocio pasó a otra familia, los Costa, que pasaron a llamarle La Colmena, aunque manteniendo ambos nombres en la fachada, y se trasladaron a la ubicación actual en plaza de l’Àngel.
Tras varios cambios de propietarios, Francesc Roig se hizo con la propiedad en 1927, siendo desde entonces la familia regente hasta nuestros días, con los bisnietos al frente de tan goloso establecimiento. Y es que aunque ha pasado por muchas manos, la esencia del local sigue siendo la misma: bolados, turrones, chocolates, cafés, azúcares, tés…y los caramelos artesanales de elaboración manual más antiguos de toda España. Aunque la ubicación haya sido la misma en 150 años, la ambientación actual del local data de 1950, de estilo neo-paladiano y corrió a cargo de César Martinell, uno de los colaboradores más jóvenes de Gaudí.
Casa Gispert (1851)
El corazón del Born, muy cerquita de la basílica de Santa María del Mar, esconde otra de esas joyas comerciales que merece la pena visitar aunque sea solo unos minutos. Casa Gispert, un negocio familiar que vende productos coloniales desde 1851: frutos secos, desecados, café, té, cacao, vainilla, canela, azafrán… Junto a estos productos originales también se pueden encontrar productos ecológicos, chocolates, turrones y otras exquisiteces con las que podremos marcarnos siempre un buen regalo. Entrar en el local y pasear entre sus sacos de especias ya es toda una experiencia, puesto que se conserva en su estado original. Como el horno de leña, único en Europa y testigo perenne de lo que acontece en la ciudad, donde todavía hoy tuestan sus productos como lo hacía el primer Gispert en el siglo XIX.
Granja Viader (1870)
Esta granja ha sabido imponerse a las diferentes tendencias, situaciones económicas y políticas que han ido aconteciendo durante sus más de 149 años de vida. Ubicada en el carrer Xuclà, junto a otro edificio histórico como es la antigua Compañía de Tabacos de Filipinas, reconvertida hoy en el Hotel 1898, la granja propiedad de la familia Viader nació como una pequeña lechería. Desde entonces se ha mantenido siempre en manos de la misma familia, pasando de generación en generación, destacando entre sus propietarios el Sr. Marc Viader, fundador de la sociedad Letona y creador del celebérrimo Cacaolat. Entre sus clientes más selectos, nombres como Pablo Picasso o Santiago Rusiñol.
De su variada oferta, destacan algunos productos artesanos como el mató y el queso fresco, el chocolate suizo, los melindros o las ensaimadas, consideradas por muchísimas personas como las mejores de Barcelona. Además, entre su oferta podemos encontrar otros productos como la sobrasada mallorquina, los bikinis de foie-gras, la tarta de queso, la tarta tatín o diferentes productos sin gluten.
Esta es tan solo una pequeña muestra de los negocios centenarios que sobreviven en nuestra ciudad. Y aunque con menos historia, algunos otros siguen su estela, como la Manual Alpargatera (1941), en la calle Avinyó y otros tantos negocios históricos que dan valor a Barcelona. ¡Cuidémoslos!