Xavi Pons: “La construcción industrializada ofrece grandes niveles de calidad y de eficiencia energética”
La construcción industrializada permite dar pasos de gigante hacia delante en un sector que requiere de constante transformación. Posibilita, además, atajar el problema de la falta de mano de obra abriendo la edificación a un gran número de población que por las condiciones laborales no la consideraban como una opción a la hora de buscar trabajo. Con este modelo se disminuye la carga física y el riesgo de lesiones, haciendo el trabajo más atractivo. Asimismo, permite reducir significativamente los plazos de entrega y los costes asociados a las obras mientras fomenta una alta calidad en todo aquello fabricado debido a la especialización de los trabajadores. Hablamos con Xavier Pons, responsable de dirección de ejecución de obra y project manager de nuestra residencia del carrer Mare de Deu de la Salut, para conocer las múltiples ventajas que tiene la industrialización en la construcción y aquellas que se han incorporado en el proyecto de la residencia; discutimos cómo este tipo de edificación ayuda a dar pasos hacia delante en materia de sostenibilidad y en términos de mejora de las condiciones sociales y laborales, y entramos en detalle cómo la innovación juega un papel muy importante en un sector con un profundo arraigo tradicional.
La solución para dar pasos hacia la eficiencia de los procesos
Uno de los principales beneficios de esta metodología es la reducción de plazos en los tiempos de entrega de lo proyectado, lo que resulta crucial y una ventaja operativa. En este contexto, la utilización de técnicas de industrialización ha demostrado ser una estrategia efectiva para cumplir con los ajustados cronogramas establecidos, sin sacrificar la calidad de la obra. La definición temprana y precisa de los distintos parámetros es un aspecto fundamental en los proyectos, ya que, además de reducir los tiempos de entrega, permite reducir los costes. Gracias a una planificación más detallada desde el inicio, se facilita una ejecución más eficiente y minimiza los errores durante todo el proceso. Esta práctica obliga a todos los actores involucrados a trabajar en estrecha colaboración desde el comienzo. Esta integración temprana asegura que cada detalle esté contemplado, reduciendo la probabilidad de ajustes costosos y demoras durante la construcción. “La obra comenzó mucho antes de poner la primera piedra. Todos teníamos muy claro nuestra parte y, en cuanto a ejecución del proyecto, se ha agilizado todo. En nuestro sector contar con retrasos es algo bastante común porque se dependen de muchos factores que muchas veces no se pueden controlar. Sin embargo, la construcción industrializada posibilita disminuir todos los factores de riesgo para reducir significativamente los plazos”, afirma Xavi Pons.
Además, la industrialización contribuye a reducir los costes derivados propios de la fase de edificación, un factor a tener en cuenta en este tipo de proyectos. Al conocer qué es lo que necesitas se pueden cerrar los costes de elementos específicos desde una fase temprana de los proyectos y se evita, de esta manera, los imprevistos que acaban conllevando un aumento de presupuesto. Esto se traduce en una mayor predictibilidad financiera, lo cual es vital para asegurar la viabilidad económica del proyecto desde su concepción hasta su finalización. La reducción de costes no solo facilita el cumplimiento del presupuesto, sino que también permite reinvertir los ahorros en otras áreas críticas del proyecto, mejorando la calidad general de la construcción. Además, al minimizar los desperdicios y optimizar el uso de materiales, la industrialización contribuye a prácticas más sostenibles. En última instancia, la capacidad de mantener los costos bajo control fortalece la competitividad en el mercado y proporciona una ventaja significativa frente a los métodos de construcción tradicionales.
Mejor aprovechamiento de los recursos disponibles
Una de las principales ventajas de este enfoque es la reducción de residuos generados en la obra. Al trasladar gran parte del proceso de construcción a fábricas, se optimiza el uso de materiales y se minimizan los desperdicios generados. Este método contribuye a un entorno más limpio y ordenado en la obra, reduciendo significativamente el impacto ambiental. “La sostenibilidad está convirtiéndose en un motor crucial para la transformación del sector. La construcción industrializada permite un control más riguroso de los materiales y procesos, reduciendo el impacto ambiental. El uso de materiales sostenibles y técnicas de construcción más eficientes en términos de energía está alineado con los objetivos globales de reducción de emisiones de carbono y la promoción de prácticas constructivas responsables”, añade Xavi Pons. El impacto ambiental de la construcción industrializada es notablemente menor en comparación con los métodos tradicionales. La utilización de materiales sostenibles y la optimización de los procesos de fabricación y montaje permiten hacer un mejor uso de los recursos disponibles, incorporando a las edificaciones sistemas constructivos enfocados a la sostenibilidad. “La incorporación de sistemas para la recuperación de aguas grises y pluviales que hemos integrado en la residencia de Mare de Deu de la Salut nos permite recuperar y reutilizar el agua para distintas aplicaciones dentro del edificio. Esto nos permite atajar uno de los problemas crecientes que afronta la sociedad hoy en día: reducir el consumo de agua potable y hacer un uso más eficiente de un recurso que cada vez es más escaso. Además, la implementación de herramientas que maximicen la eficiencia energética permite disminuir el consumo de energía y la huella de carbono y, en última instancia, alargar la vida útil del edificio”, declara el project manager.
Compromiso para construir un futuro profesional más diverso
Las revoluciones que la construcción industrializada está introduciendo en el sector radican, también, en las mejoras de las condiciones de producción y en fomentar la inclusividad en un sector predominantemente masculino. La prefabricación en fábricas ofrece un entorno de trabajo más seguro y controlado en comparación con las obras tradicionales, lo que contribuye significativamente al bienestar de los trabajadores. Este enfoque permite condiciones laborales más estables y seguras, reduciendo los riesgos asociados a la construcción en sitios al aire libre expuestos, entre otros, a las inclemencias del tiempo. Uno de sus grandes beneficios es su capacidad para atraer a equipos más diversos. Al proporcionar un ambiente de trabajo más controlado, la industria se vuelve más accesible para todo tipo de personas. “El futuro de la construcción pasa por mejorar las condiciones de los trabajadores. De esta manera, podemos reducir la falta de mano cualificada. Las fábricas permiten optimización y disminución de desplazamientos internos y permiten un mejor control de calidad. Las fábricas ofrecen condiciones de trabajo más cómodas y predecibles, con horarios establecidos y ambientes climatizados, lo que fomenta la inclusión de personas que de otro modo podrían verse excluidas del sector”, comenta Xavi Pons.
La construcción modular puede ser un imán para las nuevas generaciones que buscan estabilidad y buenas condiciones. La posibilidad de trabajar en un entorno más seguro y con horarios regulares es un atractivo significativo para jóvenes y profesionales que valoran la estabilidad y el equilibrio entre la vida laboral y personal. Este enfoque puede ayudar a paliar la escasez de mano de obra cualificada en el sector de la construcción. La automatización y la robotización de ciertos procesos en la prefabricación crean un entorno de trabajo positivo, ya que se reduce la carga física y el riesgo de lesiones. En definitiva, los avances tecnológicos permiten una mayor flexibilidad en la producción, lo que puede aumentar significativamente la productividad sin comprometer ni la calidad ni la seguridad de los trabajadores.
La innovación para enfrentar desafíos logísticos y económicos
La industrialización de la construcción está transformando profundamente la dinámica del sector. El trabajo cooperativo mejora la coordinación y la colaboración entre equipos y, en última instancia, la calidad del resultado final. Esta unión de fuerzas desde la fase inicial del diseño asegura que todas las partes están alineadas, minimizando errores y retrasos costosos, permitiendo que cada disciplina aporte su experiencia y perspectiva desde las primeras etapas del proyecto. La adopción de tecnologías avanzadas, como las metodologías Lean y BIM (Building Information Modeling), están marcando un antes y un después en la industria de la construcción. Por un lado, la metodología Lean, enfocada en la eficiencia y en la reducción de los desperdicios generados, permite optimizar los procesos y mejorar la productividad en cada fase del proyecto. Por otro lado, el uso de BIM proporciona una plataforma digital integral donde se modela y gestiona toda la información del proyecto. Esta herramienta no solo mejora la precisión y la coherencia de los diseños, sino que también facilita la detección anticipada de conflictos y la coordinación entre los diferentes actores involucrados. “La construcción industrializada está ganando terreno a la manera tradicional en los últimos años y continuará haciéndolo en los próximos. La integración de nuevas tecnologías, junto con la necesidad de abordar los desafíos ambientales hará que esta metodología se convierta en un estándar en la industria. La digitalización y la automatización seguirán evolucionando, ofreciendo oportunidades para mejorar la eficiencia”, comenta Xavi Pons.
El proyecto de Mare de Deu de la Salut destacó, desde un comienzo, por la implementación de la construcción industrializada. Por su ubicación, enfrentó desafíos logísticos y económicos que fueron solventados gracias a la innovación. Desde la concepción de esta obra se seleccionó la industrialización de los baños, empleando módulos prefabricados que facilitaron la instalación y aseguraron altos estándares de calidad. Facilitó un control de lo planificado y permitió pruebas exhaustivas de los componentes antes de su instalación in-situ. Todas las pruebas de funcionamiento de los distintos componentes de los baños se hicieron en la fábrica, asegurando que cualquier defecto se corrigiera antes de que se realizara el envío y no sobre la obra, lo que evitó retrasos en los plazos y se maximizó la calidad de los elementos construidos. Uno de los desafíos más significativos fue la logística de transportar y ensamblar los módulos en un entorno urbano con limitaciones de espacio. La planificación meticulosa y el uso de tecnología avanzada fueron cruciales para manejar estos obstáculos. Además, la integración de los industriales habituales en la definición del proyecto y la adopción de la metodología Lean mejoraron la eficiencia y la coordinación en el proceso de construcción. “Este proyecto demostró que la construcción modular puede alcanzar niveles de calidad y eficiencia elevados, incluso en proyectos complejos y con restricciones urbanas. Los beneficios obtenidos incluyen una notable reducción de los tiempos de construcción, una mejor gestión de los recursos y una mejora significativa en la calidad de los acabados, tanto en los visibles como en los no visibles”, concluye Xavi Pons.